Después de años de pocos avances, la construcción se aceleró cuando el general Eloy Alfaro llegó a la presidencia en 1895.
Este
presidente se propuso retomar y llevar a término el viejo proyecto del
ferrocarril del puerto de Guyaquil a Quito. Pero había una tenaz campaña de
oposición protagonizada tanto por conservadores como por liberales. Mucha gente
de aquel tiempo pensó que los Andes no se podrían conquistar por medio del
ferrocarril.
El 17 de
junio de 1897, el gobierno firmó un acuerdo sobre la construcción del "ferrocarril más difícil del mundo"
con los contratistas norteamericanos Archer Harman (de Virginia) y Edward
Morely. Al fin del año, se constituyó en New Jersey la Guayaquil and Quito
Railway Company y comenzó la construcción en el año 1899. Amenazaban el progreso
de los trabajos la frecuente actividad sísmica, las fuertes precipitaciones que
a menudo provocaban inundaciones, las enfermedades o las picaduras de
serpientes. Ante semejantes desgracias, los obreros desertaban o paralizaban
los trabajos en demanda de mejores condiciones. Cuatro mil trabajadores
jamaicanos participaron en la construcción del ferrocarril. Pero los jamaicanos
eran cruelmente afectados por la altura, las enfermedades y pestes. El propio
hermano de Archer Harman, el mayor John Harman, ingeniero jefe de la obra, y su
ayudante Georges Davis, murieron víctimas de las enfermedades. Los carriles
llegaron finalmente a un enorme obstáculo: una pared de roca casi vertical
llamada "La Nariz del Diablo". Muchas vidas se perdieron en la
construcción de lo que se considera como una obra maestra de ingeniería: un
zig-zag cavado en la roca, que permite al tren, avanzando y retrocediendo
sucesivamente, alcanzar la altura neceseria hasta Alausi.
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